jueves, 24 de noviembre de 2011

Pintura Historica


La pintura histórica, es un género pictórico que se inspira en escenas con eventos de la historia cristiana, de la historia antigua (Mesopotámica, egipcia, griega, romana...), de la mitología o de los acontecimientos históricos recientes. Igualmente, se incluye en este género la alegoría y aquellos cuadros que toman su narración no de la historia sino de la literatura. Es decir, se le llama «histórica» no porque represente exclusivamente acontecimientos históricos sino porque narra una historia.
Características
La pintura de historia se caracteriza, en cuanto a su contenido, por ser una pintura narrativa: la escena representada cuenta una historia. Expresa así una interpretación de la vida o transmite un mensaje moral o intelectual.
Suelen ser cuadros de gran formato, grandes dimensiones. Hay una concentración de unos pocos personajes principales en medio de otros personajes menores en confusa multitud. Y todo ello enmarcado, generalmente en el fondo y los lugares menos destacados del cuadro, en estructuras arquitectónicas propias de la época que se representa.
Los colores suelen ser sobrios. Se da importancia al cuidado en los accesorios, en los detalles de las vestimentas o los objetos relacionados con el tema a tratar. No obstante, el acontecimiento, si es adecuado, no necesita haber ocurrido exactamente como se representa, y los artistas con frecuencia se toman grandes libertades con los hechos históricos a la hora de retratar el mensaje deseado.
Clases
Dentro de la pintura de historia cabe diferenciar clases de cuadros por el origen del tema representado, ya que el ejemplo noble que propone podía provenir de la historia, tanto clásica como contemporánea al autor; la mitología, o la religión cristiana. Igualmente, pueden representarse acontecimientos del pasado cercano, literarios o alegóricos.
Dentro de la pintura de historia religiosa se encuentran episodios del Antiguo Testamento, de los Evangelios, así como vidas de Jesús, la Virgen y de la heroica leyenda dorada de los santos. Las figuras religiosas representan las ideas, los preceptos y las fuentes de inspiración, de manera que podían llegar a ser pretextos de una expresión dialéctica o satírica del tema.
La mitología clásica, en particular la grecorromana fue fuente de inspiración de numerosas obras. Muchas veces los dioses y las diosas de la mitología antigua representaban diferentes aspectos del psiquismo humano. Cabe observar que también en este caso se recurre a representaciones de los dioses clásicos con atributos para identificarlos, siendo en este sentido ejemplar la reiterada representación del dios Zeus/Júpiter como un hombre con barba y un rayo.
La alegoría tenía igualmente un sentido moralizante, representando muchas veces virtudes humanas como la Justicia o la Fortaleza. En este subgénero los hechos se representan de forma simbólica, más que narrativa. Una mujer con espada y balanza es una representación de la «Justicia». Como ocurre con los santos y sus atributos, las alegorías plantean el problema de exigir al espectador una cierta cultura que le permita hallar en el cuadro las claves para identificar lo que se estaba representando

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